Me quiero deshacer de mis días largos
De ese arrebato de horas plagadas de tiempo muerto
De esa partida lenta que se va apropiando de todos los adjetivos que me nombran
De todas las cosas que he pretendido ser
El letargo que me niega tiene rostro de magnitud y desafío
Es la contracorriente que devora si planeas en el camino contrahecho
Quiero seguir siendo el travieso de siempre
Perderme entre esa espesura de acero y desconfiar de mi mismo
de mis muertos
hasta de los jefes y los jueces
Acodarme en el impulso de mi venas
En el latente desconcierto de una sangre que fluye viva y lívida
Sedienta de una voluntad definitiva
Abandonarme en ese atrevimiento de imponerme a la única certidumbre
A todas las verdades que decapitan el estallido de todos mis días.

Yom Hernández
Aquí un licenciado en Historia, loco por la literatura que lee y escribe pertinazmente. Padre de tres libros publicados por Ed Atlantis, Ed Adarve, Ed Cuadranta.
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