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Me resulta muy dificil escribirte.

Te amo. De verdad. Gracias por la vida que me diste. Una vida de la clase obrera que quería hijos que estudiaran.

Siento que te decepcioné tanto. Que soy un fracaso en todos los sentidos en que se puede ser un fracaso y me dá pudor hasta nombrarlos.

Simplemente te quería decir que estuve los dos últimos años viviendo a cuentas y la muerte no perdona y ya viene a cobrar su deuda.

Perdón por ser un fracaso. Yo sé que vas a poder salir adelante.

Perdón. Te amo. Esto es todo lo que pude hacer.