Se parezca a este rayo de sol.

¿Qué es el duelo?

En nuestro vocabulario común, día a día, escuchamos la palabra duelo. Generalmente, este concepto lo asociamos casi sin pensarlo demasiado, con la pérdida de un ser querido. 

Sin embargo, el duelo es mucho más que lo que queda luego de una muerte.

Es posible atravesar un duelo por un trabajo, por algo material que significó mucho para quien lo pierde, una separación, hasta los ideales y valores que cambian en una misma persona, logran generar este proceso de elaboración psíquica.

El duelo es, justamente, eso. Es un dolor psíquico que simboliza también un trabajo y un desafío para la subjetividad. Significa la elaboración de reencontrarse y recomponer un universo en donde aquello que se amaba ya no está, se perdió. 

Además, en este proceso, uno también debe perder esa identidad que tenía frente al objeto amado. 

Todo aquello que forma parte de un sinsentido, que no logramos comprender o aceptar tan fácilmente, como es la inexplicable razón de vivir un suceso en donde alguien o algo que nos constituía como persona, deja de estar.

Eso conlleva una organización psíquica.

Es decir, una y otra vez, volvemos a perder posiciones, lugares que nos definían, nos contenían en quienes éramos, y eso permite reestructurar el aparato psíquico.

Aquí, entonces, estamos frente a la doble cara del duelo: así como este concepto nos habla de dolor, de trabajo, de desafío, también implica un cambio, una creación, un descubrimiento de algo nuevo que aparece en donde no quedaba nada. 

Donde hubo fuego, cenizas quedan: donde hubo duelo ¿Qué queda?

El aparato psíquico, se esfuerza para que, allí en donde hubo una pérdida, pueda aparecer algo más.

La energía y todo lo que estaba depositado en ese ser amado, u objeto perdido, queda disponible para otro proyecto, otra persona, otra actividad, o en uno mismo. 

No hablamos de una pérdida completa, porque, quienes han perdido algo muy importante en sus vidas  ¿Acaso logran dejar eso de lado para siempre, sin obtener nada en el proceso? 

Cuando algo tan simbólico, tan trascendente, deja de estar presente, entonces eso se convierte en parte de nosotros, en algo que ya no está, pero que dejó su huella, su marca psíquica, su aprendizaje, su recuerdo. 

El trabajo de duelo es un proceso de elaboración intrapsíquica que se pone en juego frente a la pérdida del objeto.

Para Freud, la vida misma consiste en un conjunto de pérdidas.

Tiempos lógicos de un duelo según Sigmund Freud

En el año 1915, este autor propone tiempos por los que nuestro aparato psíquico debe pasar en un proceso de duelo.

Sin embargo, cada sujeto es diferente al momento de encontrarse con una pérdida, por lo que, su trabajo tampoco será siempre idéntico. 

En un primer momento, la respuesta podría ser la renegación, lo cual refiere a una renuncia a aceptar esa pérdida. 

No necesariamente debe manifestarse como una negación a aceptar algo que ya no está, sino que este proceso profundo, también puede dar cuenta de la angustia de aceptar lo que uno mismo perdió en ese otro ahora ausente. 

Quién era uno en ese trabajo, quién era uno con esa persona que no está, qué sentía esa persona con el objeto que perdió.

En un segundo tiempo, ese objeto perdido comienza a simbolizarse como tal. Este momento exige un gran dolor a quien lo padece, y un esfuerzo también.

Se trata de, poco a poco, y pieza por pieza, retirar todo aquello puesto en el objeto, en el ser amado, en ese trabajo, y que la energía ya no esté depositada en él.

Por último, el sujeto al fin logra un cambio, una transformación, una modificación en ese lazo con lo perdido, la separación de aquel, y esa energía que antes se encontraba puesta en esa pérdida, se puede volcar en otros proyectos, personas, actividades.

10 frases sobre duelo

No existen las verdaderas respuestas frente a un dolor tan grande, pero sí hay palabras valiosas que han dicho ciertas personas, acerca de lo que simboliza sanar una herida. 

1. Llorar es hacer menos profundo el duelo - William Shakespeare.

2. El dolor verdadero es tan raro como el amor verdadero - Stephen King.

3. Que suerte tengo de tener algo que hace que decir adiós sea tan difícil - Winnie The Pooh.

4. La canción terminó pero la melodía continúa - Irving Berlín.

5. El dolor deja una marca demasiado profunda como para que se vea, una marca que queda fuera del alcance de la vista y de la mente - Margaret Atwood.

6. Las lágrimas son el lenguaje silencioso del dolor - Voltaire.

7. Tu ausencia me ha atravesado como hilo en una aguja. Todo lo que hago está cosido con su color - W.S. Merwin.

8. Puedes aferrarte al pasado con tanta fuerza contra tu pecho que deja tus brazos demasiado llenos para abrazar el presente - Jan Gildwell.

9. . El duelo es una casa cuyas sillas han olvidado cómo sostenernos, cuyos espejos han olvidado cómo reflejarnos, las paredes no saben cómo contenernos – Jandy Nelson.

10. . Para algunos momentos de la vida no hay palabras – David Seltzer.