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    Perfiles delictivos y Rorschach

    Aug 18, 2023

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    Perfiles delictivos y Rorschach
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    Introducción

    El planteamiento del problema que gesta la realización de este trabajo alude al estudio de las personalidades psicopáticas. En particular de los perfiles delictivos cuya base está caracterizada por la agresividad y la falta de regulación de sus actos. Para dicho fin, es necesario identificar las variables que inciden o se correlacionan con las conductas agresivas. De la población evaluada, sujetos privados de su libertad, condenados por homicidio y secuestro; se observa que dichas personalidades coinciden con: Historia de vida, Inmadurez emocional, Ausencia de los controles internos o impulsos, Necesidad de satisfacer sus necesidades de forma inmediata, Manipulación, Intolerancia a la frustración, Falta de empatía y No hay registro del OTRO.

    La característica más sobresaliente de estas personalidades psicopáticas que conforman estos perfiles es la agresividad- eje central de esta investigación- que pone a los sujetos del medio que los rodea en situación de alto riesgo (víctimas). 

    Consideraciones metodológicas

    El trabajo presenta un diseño cuanti-cualitativo. Consiste en un estudio empírico para el cual se selecciona una muestra intencional de 62 internos identificados por delitos de homicidio y secuestro.

    Se ha seleccionado como instrumento de abordaje la Técnica de Psicodiagnóstico de Rorschach, en el marco de un proceso Psicodiagnóstico mayor. 

    El homicida: Introducción al marco general de la problemática

    El homicidio como delito de origen violento resulta fuente de atención por diversos factores, entre los cuales se podrían considerar el impacto social, la muerte de la víctima y las repercusiones generadas sobre el grupo familiar de cada individuo.

    Varios autores estudiaron los factores que aumentarían el riesgo para que se presente este tipo de conducta delictiva, tales son los antecedentes criminológicos, su entorno social, problemática familiar, rendimiento escolar y laboral, consumo de drogas, grupo de pertenencia, entre otros.

    Hay diversas tipologías descriptas para los sujetos que asesinan. La más conocida se basa en el homicidio simple o múltiple elaborada en el FBI (centro para el análisis del crimen violento y descripta en el crime classification manual) en la cual dicho organismo utiliza los conceptos de organizado y desorganizado para abordar los estudios de los homicidios, en función de aspectos como la inteligencia, el sexo, estatus; se realizan dichas investigaciones para hacer una investigación criminal, mediante la técnica de perfilamiento que se conoce como “profiling”: que resulta ser una técnica de investigación criminalística para el descubrimiento del autor de un delito, en base a aglutinar datos de personalidad y de comportamiento, con el objetivo específico de descubrir el delito y con el fin individual que sería identificar al autor”.

    Las causas de porqué un sujeto o varios, agreden y ocasionan lesiones y hasta su muerte ha sido y es, una problemática donde diversos investigadores, sean criminólogos, psiquiatras, psicólogos, etc., han plasmado sus criterios y consideraciones a partir de experiencias previas que esos autores han tenido, ya sea en la práctica clínica o investigativa, se trata de llegar a la comprensión de la crimino dinámica del delito contra la vida (Rodríguez Manzanera,1993) para contribuir a arrojar luz sobre el problema humano más trágicamente atractivo Hernanrd (1963).

    El secuestrador

    Los secuestradores se caracterizan por su frialdad, alta peligrosidad, insensibilidad, agresividad, egocentrismo, indiferencia afectiva y la manifestación de conductas antisociales.

    Tratar de comprender el perfil psicológico de un secuestrador supone hacer abstracción momentánea de las razones y justificaciones que el ladrón tiene para explicar su conducta. Los secuestradores dan cuenta de su comportamiento aduciendo razones políticas, venganzas y por una situación económica precaria. Razones que independiente de su validez esconden también un modo de ser con ciertas características.

    Los factores que determinan la personalidad del secuestrador se forman y consolidan a través de la vida. Se trata de experiencias primarias internalizadas, propias e intransferibles que determinan el comportamiento general del secuestrador y explicarían, en parte, su tendencia a la trasgresión de las normas sociales que regulan la comunidad donde habitan. Estas experiencias primarias son de carácter inconsciente, lo cual indica que el plagiario no puede recordarlas. Posiblemente las sienten como una compulsión a obrar y las justifiquen con razones válidas para sí mismos que si hace conscientes.

    El secuestrador tiene rasgos sociopáticos, son impersonales, no se conectan fácilmente con los otros y siempre buscan su beneficio.  Además de recibir dinero o de explotar de alguna manera a sus víctimas, estos delincuentes suelen elegir dicha forma de extorsión porque les hace sentir poder: controlar a otras personas es algo que casi siempre anhelan. En la mayoría de los casos, los captores disfrutan de la influencia física y psicológica que ejercen sobre el retenido o su círculo cercano, dándoles una sensación de dominio sobre el entorno.

    La personalidad de los secuestradores se asocia con la falta de empatía, es decir la incapacidad de ponerse en el lugar del otro. En general son delincuentes que han sufrido cierto tipo de abuso en algún momento de su vida, buscando con este comportamiento recuperar el control alguna vez perdido.

    Los secuestradores intelectuales presentan rasgos narcisistas predominantes. Los que se encuentran limitados para formarse juicios objetivos sobre la realidad de su entorno, viven una vida de fantasías exaltadas, sienten un deseo intenso de ser admirados y universalmente amados, sueñan con ser el centro de adoración de los demás y ver al mundo entero rendido a sus pies por hazañas grandiosas que construyen en sus ensueños. Creen que la comunidad se va a poner en pie de guerra para respaldarlos en sus demandas y, necesariamente, sufren una desilusión cuando sus perentorios llamados no producen la respuesta esperada. Estas fantasías grandilocuentes hacen que en la vida cotidiana sean torpes y estén orientados más bien hacia el fracaso.

    Otro motivo que puede llevar a este acto criminal es el placer de engañar al mundo exterior: los secuestradores son personas que suelen aparentar llevar una vida normal, siendo agradables con su entorno. Este peligroso disfraz les permite salirse con la suya, sin recibir ningún tipo de sospechas.

    Los secuestradores se caracterizan por su frialdad, alta peligrosidad, insensibilidad, agresividad, egocentrismo, indiferencia afectiva y la manifestación de conductas antisociales. Al disponer totalmente de la libertad, la integridad y la vida misma de la víctima, el delincuente exhibe violencia, con objeto de demostrar su fuerza y su decisión de destruir, frente a la desprotección de la víctima. Son personas capaces de ejecutar a sus víctimas sin ninguna culpa. Con su actitud buscan deshumanizar psicológicamente a los secuestrados, y distanciarse de los afectos y penalidades inherentes a la situación de cautiverio. Pero lo anterior no implica que desdeñen las necesidades del secuestrado. Por el contrario, este tipo de secuestrador es un maestro de la introspección psicológica, captan intuitivamente todas aquellas debilidades del secuestrado que pueden utilizar a su favor, y que les garantiza su control y la obtención del beneficio del rescate. Los afectos del secuestrado, su angustia, sus súplicas, los ruegos de los familiares, son contemplados por estos secuestradores, pero de un modo alejado e impreciso, sus propias emociones están ligadas al cálculo racional que hace para garantizar el éxito del plagio. Después que el secuestrado ha concluido, el acto deja de existir en su memoria, no queda perturbado por la acción que llevó a cabo, ni por la posible secuela que la experiencia haya dejado en la persona liberada. El secuestrador presenta bastantes elementos de psicopatología, particularmente la falta de afecto y un desconocimiento de que la empatía es necesaria en las relaciones con los demás.

    Similitudes y divergencias

    Se podría pensar dado los resultados arrojados por la técnica de Rorschach que ambos delitos tienen varios indicadores en común, ya que la base de los delitos es la violencia, su matriz núcleo. La diferencia entre el perfil del homicida y el del secuestrador, es que el ultimo es más racional, utiliza como mecanismo de defensa la intelectualización y disociación, posee un nivel superior de inteligencia, mayor control de los impulsos, yo menos rígido, posee mayores recursos psíquicos.

    Respecto al diagnóstico diferencial y en base a los indicadores obtenidos en ambos perfiles se podría decir que se trata de una estructura límite de personalidad con funcionamiento antisocial y narcisista.

    Descripción de casos

    Aquí desarrollo dos casos mediáticos para poder dilucidar por qué un suceso finaliza con un homicidio y el otro no. Analizaremos aquí los sucesos en base a los datos significativos relevados de ambos perfiles.

    Caso 1:

    Sujeto joven adulto, acusado de la captura de un adolescente y de haberlo llevado al lugar de la ejecución. El imputado llevaba una vida delictiva de larga data, robos simples. Planea con sus amigos y parientes un secuestro extorsivo, el cual sería fácil porque la víctima es un menor de 16 años.

    La víctima fue encerrada, atada y vendada en el baño del taller, pero tras pasar 14 horas cautivo, el adolescente logró escapar, salió a la calle y pidió ayuda entre los vecinos, a quienes les dijo que lo tenían secuestrado, pero no logró que nadie lo refugiara. Fue recapturado y asesinado con un tiro.

    Caso 2:

    Secuestrador de 30 años, con antecedentes previos. Planifican con un conocido el secuestro de una persona muy conocida, estudian sus movimientos y la capturan. La víctima, sujeto muy conocido en la zona porque trabaja como constructor, circulaba a bordo de una camioneta cuando fue interceptado por los delincuentes que lo obligaron a descender del vehículo, que luego abandonaron. Así, el hecho que comenzó como un robo de un vehículo derivó en un secuestro extorsivo. Se entregó el dinero a los secuestradores y horas más tarde liberaron a la víctima.

    Análisis y desarrollo

    En el caso 1 se puede observar por los indicadores que el detenido es una persona que posee una inteligencia normal con adecuados recursos psicológicos e intelectuales para llevar a cabo tareas de complejidad media, con capacidad suficiente para percibir lo evidente, sintonizando con la realidad y aunque rígidos en sus asociaciones mentales presentan posibilidades de conservar en su memoria información y acciones complejas. Sujeto cuyos intereses están inmersos en la búsqueda del placer individual, en lo inmediato. No hay tolerancia a la frustración y es narcisista. Si bien este sujeto utiliza como mecanismo de defensa la intelectualización, frente a ciertos acontecimientos, sobre todo aquellos que no son previsibles (fuga de la víctima) y lo sorprende, reacciona de manera impulsiva y agresiva (predomina el C por sobre FC). Aquí podemos situar el momento donde la víctima toma por sorpresa a los secuestradores quienes tenían todo el secuestro planificado y se escapa; no contaban con la variable de escape, y es ahí donde al victimario se le nubla su juicio de razonamiento y prima la impulsividad (C) recapturando a la víctima y ejecutándola.

    En el caso 2 se puede observar por los indicadores que el detenido es una persona mayor, el cual posee madurez y templanza. Es un sujeto que suele ser eficaz en todas las áreas de su personalidad, a menudo muy exigente consigo mismo y con los demás, poco flexible, muy racional, no se permite ninguna salida espontánea, ni la exteriorización de algo impulsivo. El yo reprime totalmente al ello (indicador aumentado F+ext). Predominan como mecanismos de defensa la intelectualización, represión y la disociación. En este caso el sujeto posee un adecuado manejo de la agresividad, presenta una fuerte asociación con las siguientes variables: menor índice de actuación, índice de conflicto es menor, presencia de intelectualización, mayor reconocimiento de los temores, Funcionamiento yoico con un control más flexible, menos impulsividad (prima FC por sobre CF/C).

    Un análisis resumido de ambos casos nos permite plantear la ausencia de signos patognomónicos correspondientes al de un trastorno psicótico, a saber, ausencias de contaminación, autorreferencia, confabulación, ni respuestas de movimiento negativo, unido a ello una calidad formal adecuada en sus respuestas.

    En cambio, se acentúan como aspectos esenciales las dificultades en las relaciones con el medio, la percepción sobreestimada de sí mismo, afectividad inmadura, poca identificación con los demás y agresividad. Son sujetos con una inteligencia promedio adecuada, con posibilidades

    de percibir lo obvio. En ambos casos las interpretaciones de los resultados traducen la presencia de un trastorno psicopático.

    Conclusiones

    La presente investigación permite plasmar las características psicológicas de las personas privadas de su libertad por los delitos de secuestro, homicidio y abuso sexual identificados en los distintos perfiles delictivos a través de la técnica de Rorschach. Estos indicadores configuran perfiles asociados a déficits psíquicos

    La técnica utilizada como base de la investigación es el Psicodiagnóstico de Rorschach escuela argentina, y en base a ella se extrajeron los indicadores relevantes de cada perfil, en algunos casos se observaron similitudes y en otras divergencias, se abarca la perfilación tanto desde la teoría psicoanalítica como las teorías forenses que se van articulando para el adecuado tratamiento carcelario.

    Finalmente destacar que la característica más sobresaliente de estas personalidades psicopáticas que conforman estos perfiles es la agresividad —eje central de esta investigación— que pone a los sujetos del medio que los rodea en situación de alto riesgo (víctimas).

    Verónica Figueroa Alcorta

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