Sietemil Quinientos Ochenta dÃas
No encuentro otro final para mi vida que no sea yo colgado con la soga más roñosa que encuentre en el fondo de casa, esa que uso para atar al perro cuando quiero que no se escape. Me imagino colgado a la viga de mi cuarto, abrazando un coctel de clonazepam y alcohol barato para alivianar el dolor del cuello al ser raspado por la cuerda.
Y por más que busque no encuentro un final diferente, porque siendo realista "qué me queda por vivir?"
Ya me enamore y me han roto el corazón, disfruté de los placeres más salvajes y de los más humanos de la vida, he gritado de dolor y gemido de placer, he llorado de risa y he alcanzado la mayorÃa de logros que quise. Entonces "qué me queda por vivir?"
Formar una casa con un patio, un perro y un hijo?
Paso totalmente, no tengo nada en contra de esa vida, pero no es para mi. Ya he vivido lo que tuve que vivir, de ahora en adelante es solo una debacle de mierda en que la uno intenta alcanzar un poco lo vivido anteriormente, sin poder llegar a la cresta de la felicidad vivida. El mañana no es mejor, nada nunca se comparará a las primeras experiencias. Porque el vendadero dolor del crecer no es el paso del tiempo en sÃ, es el darte cuenta que tus pecados que ya no duelen como antes.
Ya llevo siete mil quinientos ochenta y un dÃas de vida dónde no encuentro...
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