En el lujo de querer y ser querido encontramos también, a nuestros peores disgustos. Aparecen de manera tan pura que hacemos lo imposible, por refugiarnos de ellos.
En la coincidencia de querer y ser correspondido, nos miramos dichosos de la fortuna que nos toca y sentimos pena del hombre solitario que, se pierde detrás de una cámara fotográfica.
En la consciencia de que mereces ese aprecio, surgen cosas increíbles... en cambio, ¿qué es de quienes no llegan ni a conocerse?
11/11
no es un mes,
no es un día,
no es una operación,
ni siquiera es un horario;
es el significado de la igualdad... donde todo es equitativo.Una verdad.
Un valor.
Un sentimiento.
Una pasión.
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