6:00 am
El despertador sonó a las 6:00 am. Prepare el desayuno con los ojos medio cerrados, pan tostado, huevos y queso frito.
A las 7:30 me preparaba para salir, tomé mi cartera, cargador, llaves y cerré las ventanas. Pase el pasador de la puerta y al dar media vuelta, me encontraba nuevamente acostada en mi habitación, mirando al techo, con la cobija tapando la mitad de mi cuerpo.
De primera impresión pensé que solo se trataba de un sueño, uno de esos que son tan lúcidos que te cuesta separarlos de la realidad. Claro que esta teoría solo duró unos segundos, ya que al quitar la cobija me encontraba con la misma ropa que use para salir.
Me paré de cama y me dirigí a buscar mi teléfono, el cual estaba al lado de mi cartera sobre el mesón de la cocina. Vi la hora, eran las 7:00 am.
Intenté encontrar una razón lógica para lo que acababa de pasar; quizás solo me vestí y me dormí de nuevo, después de todo estaba muy somnolienta al hacer el desayuno.
Tomé mi cartera y las llaves, quise cerrar las ventanas, pero ya lo estaban. Cerré la puerta, pasé el pasador, y al dar media vuelta, estaba parada frente a la cocina, sosteniendo el volteador de huevos y frente a mí el sartén completamente vacío con el aceite quemándose sobre él. Apague la orilla, tome mi cartera y las llaves nuevamente, tome mi celular, vi la hora, eran las 6:45 am. Esta vez tenía la pijama puesta nuevamente, todo se veía un poco más oscuro y pequeño de lo normal.
Salí nuevamente de la casa, cerré la puerta, pase el pasador, me volteé con los ojos cerrados y al abrirlos me encontraba totalmente mojada, desnuda mientras caiga el agua tibia de la ducha en mi cabello. Cerré la llave, aparté la cortina y tomé mi paño y me sequé lo más rápido que pude. Me puse un mono y una camisa deportiva que había dejado en el baño. Salí de él y al mirar la sala, noté que se veía más pequeña de lo normal, los muebles estaban más pegados y la cocina se veía más estrecha sin duda. Tomé mi teléfono y vi la hora; 6:18 am.
Paso de nuevo, una y otra vez, salía por esa puerta y aparecía sobre mi cama, con la cobija cubriéndome hasta los hombros. Me paraba, salía por la puerta, daba media vuelta y estaba sentada en el sofá. Cada vez el lugar se hacía más pequeño, más oscuro y estrecho, sentía como cada vez las paredes se hacían más y más pequeñas. Toda mi casa se había reducido a un pequeño espacio de 3x3 metros dónde solo había un sofá y la puerta de la entrada, no había nada más a mi alrededor, no estaba la cocina, el baño o mi habitación, lo único que daba luz era el pequeño bombillo de emergencia a un lado de la pared. La última vez que había logrado ver la hora eran las 4:12 am y había salido al menos 4 veces después de eso.
Había entendido que no se trataba de un sueño, que realmente estaba ocurriendo, que si volvía a salir por esa puerta, el lugar se haría más pequeño, las paredes me aplastarán o dejare de respirar por mi claustrofobia. Quizás me volvería loca, sin duda, moriría de igual manera, de hambre o de sed. Solo tenía que decidir qué tan lenta quería que fuera mi muerte.
-LEFY.

Lefy77
Después de tanto tiempo, tome la decisión de compartir lo que escribo. - Thriller -Reflexiones -Poesía
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