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404 NOT FOUND

Aug 9, 2025

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¿Viste cuando salís apurado, ansioso, y a mitad de cuadra te das cuenta de que te olvidaste algo importante, y tenés que volver a buscarlo?

Y en la caminata de vuelta pisás una baldosa floja y te ensuciás las zapatillas y el pantalón.

Pero seguís.

Y cuando estás por meter la llave en la puerta, en un torpe movimiento de dedos, se te cae el manojo al piso.

Pero seguís.

Y cuando querés meter la llave en la cerradura, te cuesta, porque la estás metiendo al revés.

Pero seguís.

Y cuando querés sacarla, te das cuenta de que ahora está trabada. Entonces la soltás, insultás al aire y respirás profundo.

Pero seguís.

Y cuando finalmente lográs sacarla, la das vuelta y volvés a meterla en la cerradura hasta abrir. Y la puerta se abre de par en par, violenta, porque en tu apuro, calculaste mal la fuerza y el picaporte golpea fuerte la pared.

Pero seguís.

Y cuando traés la puerta hacia vos, te golpeás la rodilla porque o coordinás o te apurás. Y te acordás de tu mamá, de tu abuela, de Dios, de un pato y de la lora.

Pero seguís.

Y cuando empezás a buscar eso que te olvidaste, de repente ya no está en ese lugar que imaginabas. Y revolvés todo, más apurado que antes.

Pero seguís.

Y lo encontrás, en el lugar en el que menos imaginabas que iba a estar, y te hace dudar de por qué estaba ahí y no allá.

Pero seguís.

Y encarás hacia la puerta y ahora buscás las llaves, pero no están colgadas en la pared. Y buscás en tus bolsillos, en la bolsa, en la riñonera. Y otra vez estás buscando algo que no está en donde debería estar.

Y seguís.

Y después de un rato corrés la puerta y sentís el tintineo de las llaves que dejaste puestas en la cerradura cuando entraste, apurado, a buscar eso que te habías olvidado, y que no estaba en el lugar en el que pensabas que iba a estar.

Y seguís.

Y cerrás la puerta, pero esta vez miras bien la llave para no errarle.

Y seguís.

Y caminás media cuadra, corroborando con tus dedos, que lo que te olvidaste ahora ya lo tenés en el bolsillo.

Y seguís.

Y con un saltito casi infantil, esquivás la baldosa que te ensució antes, porque ya sabés cuál fue.

Y seguís.

Melina Marcos

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