acepto mis errores,
mis silencios cuando tenía que hablar,
mi aislamiento cuando nos ibamos a juntar,
y mi terquedad cuando sólo había que escuchar.
mi vida estaba viniendo a pique,
no justifica en lo absoluto,
pero colapsé.
me alejé de todos,
con un ego de heroína,
cuando lo único que necesitaba,
era compañía.
lastimé personas,
que con sus errores y aciertos,
me hacían bien,
y eran una bocanada de aire fresco
en un mundo intoxicado.
cumpliendo el rol del minuto,
cuando el partido esta complicado.
quizá es tarde,
el último cuarto ya terminó,
y tengo cinco faltas en mi haber.
pero siempre voy a estar agradecida,
y nunca me voy a olvidar,
de quienes supieron ser el equipo
que me devolvió las ganas de jugar.
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