26 de novembro de 2024

hola,

creo que la costumbre de que leas cosas tristes o enfadosillas de mi parte ya es común, que contarte sobre estas dichas mías te será una sorpresa, pero es que a mí me hace feliz la cosa más tonta, la más minúscula y que me dijo el rolo que no lo cuente, que contar las cosas buenas trae sus consecuencias, que te rompe la fortuna y que tanta cosa, pero fue él mismo quien me convidó de sus papas el otro día y sin saber, me generó el deseo de compartir también. que luego el concierto sin fines de lucro al que este mensoide dijo "llegooo", que nunca fue y me quedé con el público, un par de amigas, los organizadores y unos policías rondándonos, pero lo bailado nadie-nadie nos lo quita, que queda entre esa gente que nos vio y yo, y ustedes, en nuestra complicidad

pero son esas cositas que yo recuerdo cuando veo al techo: esas miraditas que yo te eché ese día, en un ayer, esas veces que te mostré la lengua para saber si posabas tus ojitos en mí también, que ahora todo eso está en alguna de las tantas canciones que jamás debí descubrir mientras estabas tú en minha vida porque todas me llevan a eso que está tan lejos, a ti y que me consuelo, me conformo con tal pequeñez, como el pensar que sonreíste junto a mí y es que también uno decide creer en lo que quiere, ¿no? ¿por qué yo no podría creer en las cosas que me ponen "contientísima", así como hay gente que cree en las supersticiones? como lo de los gatos negros, que esos son los que más me gustan o lo de las escaleras, ¿pero por dónde más voy a pasar entonces si no hay vía? siguiendo esa lógica (no tanto, la verdad) no hay forma de que alguien me haga pensar lo contrario, solo por si las pulgas...

con su cartita del perrito de colores para la buena suerte bajo la manga,

n