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Muchas veces, cuando empiezo a escribir en el diario, empiezo fácilmente con "Estoy...", y es muy común que la frase más veloz en cruzar la linea recta de la lapicera sea "Estoy cansada." Como un Hola mundo. Y después relato lo que hice poque es algo que me sitúa y me calma. En estos momentos concibo el escribir como una descarga gramaticalmente medida de una acumulación interna, una acumulación que sale fabricada: empaquetada y ordenada, pero que proviene de un mundo inquieto con muchísimos habitantes en condiciones libertarias, de múltiples especies y subespecies, de cohabitación posible e imposible, etc. [imagino un panel de infinitos jardines de las delicias en todos los estilos, epocas, perspectivas posibles. que sean domos sobre domos mejor. y que se superpongan y separen tb].

Ayer comencé una cursada que me hizo muy feliz, especialmente las personas que piensan me hacen feliz [igual la felicidad para mi es el espectro que aparece en reposo cuando tuviste momentos de mucho júbilo. júbilo me parece una palabra muy medieval y me encanta]. Me contenta, como un golpe en el pecho fuerte que te hace sentir el contacto físico del cuerpo, como dicen ahora -propiocepción-, sería como una cachetada de propiocepción, un patadón suficiente en el pecho, estás acá, ocurre esto. es exacto, eso es perfecto. lo que estaba pensando viene en forma de fundamentación y obsesiones de otros también. me hace bien.

La convención comunicativa en los signos que no son la palabra escrita, entonces, la palabra hablada, los gestos, las imágenes, los olores, la convención comunicativa en los olores. la desjerarquización de la comunicación escrita. la consciencia de los infernal, y deliciosamente, infinitos soportes. Y un montaje seleccionado.

Hace unos días volaba en avión, volar me gusta muchísimo, y vi la luna a una altura nueva.

Voy a volver pronto,

Em