está la mesa puesta, la mesa quitada,
no me comporto como familia solo mantengo fija la mirada,
no te digo si es verdad, las penas apenas se guardan,
no me siento en mi sitio, solo mantengo el equilibrio, ahora bajo la mirada
Estoy escribiendo, todo está ocurriendo y yo miro a las letras,
me ayudan más a vaciar las pesas que me pesan,
me dicen que quizás no soy más que piel de cartera, una carpeta cerrada,
me dicen que la familia es algo más que aprender a comer con la boca cerrada,
yo lo práctico, intento abrirla de vez en cuando hasta que pasa,
y nace una risa interior que me sabe a casa, que me sumerge en adn, que me deja volver a escucharla.
Y si igual no compartimos nada, igual soy demasiado diferente o demasiado indiferente, pero lo indiscutible es que estamos unidos, por algo que no es ni siquiera contenido, que sólo arde en los ojos del que te ha visto crecer, que te conocen sin tu saber lo que es, que te devuelven cuando te dejas ver.
Yo no elegí nada ni tampoco creo que tenga suerte, lo que se sabe, sabe, y lo que no, se siente. No me voy a dejar huir más de mi familia, es una parte de mi vida, de la mía.
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