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14 de febrero

Artemisa

Abr 25, 2025

54
14 de febrero
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14 de febrero

Hoy amanecí

con tu nombre

atravesándome la garganta.

Un nudo.

Un animal que no quiere morir.

Me arranqué la voz

con las uñas.

Seguías ahí.

Tu sombra

colgaba de mis pestañas.

Parpadeaba

y te veía morirte otra vez.

No hay tregua.

No hay noche que me libere.

Me masticas desde dentro.

Con dulzura enferma.

Estoy podrida de ti.

Como fruta olvidada

en un altar vacío.

Me habitas:

órganos,

sueño,

médula.

No hay célula que no te recuerde.

Y no quiero sanarme.

No quiero olvidar.

Quiero consumirme

en esta fiebre sin nombre.

Arrancarme la piel

si eso me permite tocarte.

Hoy

me hablé con tu voz.

Dije tu nombre

como se reza

a un dios ausente.

Y me respondí

con el silencio

de los enterrados vivos.

Todo está quieto sin ti.

Violentamente quieto.

Respirar duele.

Hasta el aire

me llega deformado

por tu ausencia.

Estoy enferma de ti.

No hay poema.

No hay palabra.

No hay grito.

Solo esta costra

que se forma

cada vez que intento no pensarte.

Solo esta llaga

que supura

imágenes tuyas.

Tú, tú, tú.

El único verbo

que aún conjugo.

Me siento frente al espejo

y veo una sombra

que se descompone.

Una boca sin propósito.

Ojos que ya no buscan

nada

que no seas tú.

He dejado de ser mujer.

De ser cuerpo.

Ahora soy

espera.

Sin objeto.

Sin final.

Te amo

con los dientes rotos.

Como se ama

el cuchillo

que entra lento.

Sin ternura.

Sin futuro.

Sin piedad.

Desde el hueco más sucio

de mi alma.

Desde la orfandad

de todos mis intentos.

Desde el exilio

que es vivir sin ti.

¿Y tú?

Tú no sabes amar.

No puedes.

Te falta esa parte

que se rompe

cuando se ama de verdad.

Solo sabes desear

lo que no tienes.

Y yo—

yo soy tuya.

Por eso

no me deseas.

Pero aun así.

Aun así.

Te espero.

Como se espera un apocalipsis.

Como se espera la muerte

con los ojos abiertos.

Porque si no vienes,

me muero.

Y si vienes,

también.

Te amo

hasta volverme irreconocible.

Hasta dejar de escribir.

Hasta dejar de existir.

Te amo

con esa clase de amor

que hace que todo lo demás

deje de importar.

Incluso tú.

Artemisa

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