Una de las cuestiones más sorpresivas en estas elecciones fue el corte de boleta.Y digo sorpresivas porque en la provincia de Buenos Aires a nivel local la gente votó al peronismo y a nivel nacional a la Libertad Avanza. No digo que sea un fenómeno de estudio pero que los sociólogos están desconcertados, seguro.
Si uno se adentra a analizar el voto en la provincia de Buenos Aires, lo que va a ver es un sólido bastión de los intendentes peronistas, quienes retuvieron sus municipios; una muy buena actuación de Axel Kicillof; y un declive de 7 puntos de Sergio Massa.
Sé que los expertos utilizarían el término “multicausal” pero, para mí, las causas directas de este resultado son claras y son dos: los intendentes saben hacer política y los intendentes no militaron la boleta de Massa.
La segunda es la más fácil de plasmar en papel y de comprender. Eran las elecciones PASO y lo más importante era posicionarse. La realidad de nuestro país permitía suponer que la imagen de Sergio Massa muchos votos no sumaba o su candidatura no lograba convencer a los propios intendentes y limitarse a repartir la boleta cortada le permitió a los intendentes asegurarse la victoria. De hecho, Javier Milei en muchas localidades no tenía lista completa, por lo que el sobre “Milei-intendente peronista” fue una gran opción.
La cuestión entonces, y adentrándome en la primera causa de este fenómeno, es por qué la gente apoyó a los intendentes peronistas pero no votó la lista completa. Qué tienen los intendentes que no tiene Massa.
A la hora de votar, entre las cosas que uno evalúa están: el trabajo macro del gobierno, es decir los resultados alcanzados por la gestión hasta ahora; cómo se encuentra uno a nivel personal, lo que sería el resultado “micro” de la gestión; y, además, la imagen política del candidato. Este último punto fue explotado por Javier Milei a nivel nacional con sus slogans “son los mismos de siempre” y “la casta”.
A nivel municipal, el trabajo de los intendentes es mucho más cercano a la población. Puede que el país se caiga a pedazos, pero la gente ve al intendente caminar por las calles, trabajar día y noche, atender personalmente sus necesidades, entre otras. Esto le permite a los intendentes entablar una relación de cercanía con sus votantes y hacer política “de abajo hacia arriba”, como decía el General Perón.
El trabajo de Axel Kicillof es similar. Recorre toda la provincia y todos los municipios, capitalizando todo el trabajo provincial. Si entregan viviendas, si inauguran una nueva autopista, si crean escuelas, Axel está ahí. Es importante que la gente sepa quién lo hizo posible. De hecho, es sabido que el vínculo que mantiene con todos -o casi todos- los intendentes es muy estrecho. El pueblo y los dirigentes lo acompañan, lo sienten cercano.
Por otro lado tenemos a Sergio Massa que está trabajando por nuestra economía y, para ser sinceros, está haciendo un trabajo extraordinariamente superior al desastre de Guzmán. El problema es que no está haciendo política como saben hacer los peronistas.
Nadie espera que los del PRO recorran las calles, porque en su vida se arremangaron y así les fue. Pero si querés ser la nueva cara del peronismo, tenés que caminar. La gente ya no se satisface con un cartel en la calle o que le digan “la otra opción es peor”; el pueblo quiere políticos que se preocupen por el futuro de nuestra Patria y sentir que así es.
Este octubre, las elecciones van a ser distintas. Los intendentes van a repartir la boleta completa y van a militar a Massa, intentando paliar el primer problema que tuvieron en estas elecciones a nivel nacional. La cuestión es si Massa va a capitalizar ese trabajo haciendo política o desde el gobierno van a seguir limitándose a criticar a la oposición.
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