10.10

Desde que tenía memoria odiaba mi cumpleaños.

No sabía si era por el hecho de que me daba vergüenza ser el centro de atención, o porque cada vez que llegaba el calor mi cuerpo decidía entrar en descomposición.

18 años

10 de octubre

Primavera

Me daba miedo perder esa pequeña niña que se encontraba dentro de mi ser, no quería ser una adulta, de verdad, no quería crecer.

Temía seguir mis sueños, tenía en claro que la escritura no era más que un hobbie en mi vacía vida, al final del día iba a tener que estudiar abogacía, como mi padre quería.

Temía perder a esa niña que se encontraba dentro de mi ser, porque apesar de no crecer en altura mi cuerpo seguía cambiando, odiaba la simple idea de estar engordando, lloraba cada vez que veía como la balanza subía un dígito y cada comentario al respecto de mi aspecto se guardaba en lo más profundo de mi cuerpo.

Sería el primer año en donde no comería torta por mi cumpleaños, no solo porque me daba terror engordar, si no porque la tristeza ni siquiera me dejaba pensar.

Odiaba cumplir años, odiaba que mis padres decidieran por mi, odiaba verme crecer, odiaba no poder ver a mis amigos el único día en donde de verdad quería hacerlo.

No sabía pelear, no podía pelear.

Mis ojos se llenaban de lágrimas cada vez que alguien me levantaba la voz y el simple hecho de que se burlaran de mi lograba destruirme un poco más por dentro.

Así que no tenía otra opción, debía pasar mi cumpleaños en un pueblo alejado, apesar de que odiaba viajar, sobretodo a esa casa que quedaba en vaya a saber que lugar, y que para colmo ni siquiera tenía WiFi.

En estos momentos tan solo quería desaparecer, quería dejar de comer, quería poder llorar.

Había tantas cosas que quería hacer, pero la verdad es que cumplir 18 era tan solo un número, al final del día sigo siendo esa niña que no puede tomar decisiones solas, que no puede escribir sin distraerse, que recibe retos diarios por su mala alimentación y que llora escribiendo poemas de un escaso amor.

18 años

10 de octubre

Primavera