Un niño pequeño frente a un caballo negro en su establo abierto, detrás del niño un arbol, detrás la persona que envenenó el caballo, yo viendo al niño mirar su caballo, diciéndole lo antes posible que sí, decidió envenenarlo.
Mi mente en calma ya sueña escenas para mi tristeza, ya tengo el impulso por caminar y perderme en la cadencia del pensamiento y la imaginación. Estoy mejor, evidentemente. Y persiste la certeza de que tengo muchas cosas para descubrir. Ya es noviembre, para algunas cosas que cruzan mi cabeza este no es el lugar, pero es primavera y digan lo que digan hoy es efectivamente primavera, hay viento y está calido. Me siento como escondiendo las manos abajo de la arena en alguna playa, ese momento que no tiene sentido y está todo bien. Como el comienzo de las vacaciones. Quizá también porque comienza una nueva etapa de Osmiornica que no sabemos que nos deparará, estoy en la promesa. La Promesa como si fuera un pueblo con montañas, que además, en algún lugar debe existir.
Voy a tomarme una bebida donde siempre me regalan otra bebida, hoy viajo a conocer un barrio donde me entregan un libro que una amiga le va a regalar a otra amiga. Hay mas certezas que amenazas hoy, parece sencillo, en definitiva, me siento bien.
Ya espero volver a escribir pronto,
Cariños,
Em
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión