03: and he takes, and he takes...

Menos de diez minutos. Eso es lo que le toma a Maeve en descargarse cuando está a solas, ¿precoz o demasiado apuro? Cualquiera de las dos no parece ser válida para cuando es instruido en otra manera de experimentarlo.

La diestra de Christopher agita con fuerza después del lubricante hasta que Maeve no es más que puras quejas, sin necesitar demasiado como para el orgasmo pero... no ocurre. Una larga espera—corto estímulo. Una primera vez pudo hacerse el digno y "acabar" por sus propios medios pero no era lo que necesitaba. La segunda, no podía dejarlo. Rogando, llorando, temblando. El bajón de temperatura surtía efecto en corte abrupto del clímax, debiendo arrastrarse en lo posible por su vergonzoso posicionamiento. Christopher accede. Ahora Maeve hundido en la almohada puede sentir cómo el placer profundo no es comparable a lo rápido (y escondido). Los dedos de su amo pasan hasta nudillos, tocando a propósito el espacio tan delicado—grita, su cuerpo se tensa para después sacudirse cuando el orgasmo quema desde la garganta.