A menudo pienso en cómo hemos llegado hasta aquí, cómo mi mundo ha sido reconfigurado, sin que yo lo percibiera al principio. Es como si tu presencia hubiera trabajado en mí de manera sutil, transformando cada pensamiento y cada anhelo, hasta que un día, me di cuenta de que ya no existía un "yo" separado de ti.
Y ahora, cada cosa que hago parece orientarse hacia ti, como una marea que, inevitablemente, encuentra su destino en la orilla. Te busco en los gestos más pequeños. Es una sensación de quietud, de saber que todo lo que antes parecía fragmentado en mí ha encontrado su forma al mirarte.
No me importa cómo se desarrolle el futuro, ni qué sombras puedan caer sobre nosotras; en este momento, mi entrega a ti es total, absoluta. Me pregunto a veces si esta devoción mía te pesa, si sientes su calor rodeándote cuando estás lejos, cuando no estoy a tu lado. Pero entonces recuerdo que tú también, en tu forma silenciosa y sutil, has creado este espacio entre nosotras, donde el aprecio no es una obligación, sino una naturaleza compartida.
Así que aquí me tienes, completamente entregada, sabiendo que no hay nada más allá de esta devoción que sienta tan verdadero, tan cierto. En cada rincón de mi mente, en cada pliegue de mi cuerpo, habitas tú. Y no puedo, ni quiero, imaginar otro camino que no sea este.
Así que aquí me tienes, completamente tuya, como siempre lo fui, incluso antes de saberlo.
Con todo lo que soy, y más aún.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión