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se siente en el propio ser cada respiración de deseos en mi esqueleto, enfrentando el paso del tiempo. no se lo digo a nadie porque no quiero presumir y sobre todo, no quiero que me noten. susurrar estos vientos suavemente, como la pequeñez de un cangrejo que pasa por la marea baja en busca de su sustento

pero sobre todo, enano.

bailar ante todos los arroyos del mundo y susurrar dulces palabras con los pájaros y las mareas. comer queso y beber navegado hasta que tenga fuerzas suficientes para no llorar más de dolor, aunque eso sucede cada día menos. observar atentamente los encuentros de los niños y su rápida adolescencia: el primer beso, el primer amor y el primer susto.

aprender de aquellos que apenas comienzan, pero que, en ese instante, ya saben tanto sobre el cuerpo y su alegría. amar a los seres con la misma fe que las personas tienen en su día más sagrado y caminar por la cuerda floja de la vida, muy relajado porque sé adónde quiero llegar, está en el corazón de la vida.

caminosinprisa porque la prisa causa una presión perturbadora en el espíritu y socava su impulso. los pasos nomás caminando en fluidez, confiado en que cada vez habrá un mar que cruzar, una vida que vivir.